domingo, 28 de febrero de 2010

Extraño...
















Un día desperté...
y escuché cierto ruido,
No sabía… ¿Cómo salir?
de estos episodios que se clavan
en las pupilas de la sangre,
y un verdor que consumía
unos dedos marchitos de sal.
No creo haber estado ebria,
sólo me recostaba en las rocas,
en el camino, en el polvo
que sabía abrazarme junto con el viento.
Yo sólo esperaba la noche… no…
¡Perdón!
Esperaba todo,
Quería compartir las auroras y los llanos
a distintos tonos del día...
Sí… era todo húmedo,
pero tu voz estaba seca,
tal vez agua de ramas en tus labios,
tal vez una tela a la hora de mí boca,
es que te incursionabas en las mañas,
era natural ver un sismo de risas en los atrios,
una nave espontánea del recuerdo,
un abismo profundo sin metales ni dueños.
Tal vez, el olor disfrazado… tal vez, otra esfera...
pues un Barrancolí que cantaba en la ventana,
dejó de existir en el reflejo....


-->