skip to main |
skip to sidebar
Di un poco más de vida, di ángeles de mí, di voces que no salen de las lenguas;
gritan de rodillas hinchadas,
di un hielo a tus golpes, a tus besos dolorosos,
y ese frio derritió los genes de la distancia,
y brotó lo que siempre nos une:
El monstro dulce, el sol gigante, el complicado, el distante, el corazón de la espalda, la imagen estrecha, el rostro estrujado…
Di mis dientes predecibles a las escenas estáticas de tu pared,
desperté y me observaban,
vivieron como tú, todo lo que di, lo que diste tú,
y las horas que permaneciste dentro.
Empezó a salir…
otra vez sentí el forastero que siempre nos une.
Volvió tu espalda a latir, cuando di el roce de mí a tu estomago, a tu pecho, al camuflaje secreto. El reloj ya no es de arena, ni de miel, ni de bolsillo, ni de manos industriales…El reloj es mi espacio oscuro y tu niño envuelto…
jugamos un juego, “el extranjero”.
2 Piedras:
Bienvenida..
Gracias...
Publicar un comentario